miércoles, 18 de julio de 2018

El Artista en Supervivencia

Estamos en peligro de extinción. No resulta fácil sobrevivir en sociedad como artista polivalente, actor camaleónico, ni siquiera como persona de múltiples aptitudes. La perpetua formación y la inestabilidad laboral, son sombras que siempre acompañan a aquel que jamás obtendrá reconocimiento.



- El que mucho abarca, poco aprieta - repetía mi abuelo de pequeño. El artista nació en crisis y morirá en crisis. Convive con el perpetuo cambio y está en constante proceso de transformación. Del mismo modo que la materia pasa de un estado a otro, las personas también pasan de un estado de ánimo a otro, de una circunstancia a otra.


Circunstancias que se producen en una ciudad muerta, que lejos de ofrecer concesiones, pone zancadillas a todo intento creativo de supervivencia, exento de familiar o amigo influyente.

Sólo aquellos que opten por el autoexilio y regresen habiendo probado las mieles del reconocimiento en tierra hostil, con arrugas en cuerpo y alma, serán reconocidos por los prebostes y caciques de la ciudad, tarde para más señas. Esperarán a que seas un abuelo entrañable a las puertas de la decrepitud, o de la muerte para ya se sabe, poner la cebada al rabo, haciendo entrega de una medallita honorífica o una calle efímera, que engrose la lista de objetos y actos inútiles, representando una vez más, la vergüenza ajena de los que se implican materialmente, para no tener que hacerlo emocionalmente.


Cuando esta polilla no pueda volar más, se arrojará a las llamas del olvido y a nadie ya importará su vuelo, mucho menos esta publicación.


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