miércoles, 29 de enero de 2014

Cuando el actor fracasa

...Se bloquea, y lo acepta. Todo fracaso es un ensayo de acierto (quiero pensar), pues la importancia reside en el aprendizaje que se recibe cuando no se obtienen los resultados esperados.


Nunca me gustó utilizar el concepto "Éxito", pues conlleva consigo, inexorablemente, la visita de su hermano siamés "Fracaso". Ambos son mentiras ilusorias que crea el ser humano en su mente para poder explicar el irreal mundo que se ha creado y cree, paralelo al que la Naturaleza le tiene asignado, pues en la Naturaleza no existe el éxito ni el fracaso, todo es más elemental e intuitivo.


A primeros de 2014 fui contratado por una productora madrileña para desempeñar el rol de médico al que le visitan dos comerciales para tratar de persuadirle de que compre un producto farmacéutico para su hospital, lo que se denomina como: "Vídeo corporativo".

Sería el calor de los focos, la falta de sueño, la tensión de pensar que no íba a ser capaz de hacerlo, la dificultad del texto repleto de términos médicos, la suma de todo esto, unido a la carga de responsabilidad de saber que estaba fallando, y continuaba haciéndolo aún más por momentos... o simplemente la condenada necesidad del actor para autojustificar sus acciones y encubrir la verdad. Lo cierto es que me bloqueé casi totalmente, hasta el punto de arrastrar al equipo a la dilación y a la reiteración de más tomas de las previstas, para azote de culpabilidad in crescendo en mi conciencia ocupando pensamiento en la mente.


Recuerdo cómo, por más que trataba de sacar el texto adelante, todo se mezclaba y desvanecía en mi cabeza, hasta el punto de que lo evidente y fácil de recordar para el resto, suponía un reto enorme en ese momento. Al final, a base de insistir, machacar y reiterarme una tras otra frases que no era capaz de naturalizar, conseguí a duras penas alcanzar la toma válida. Los compañeros actores que tenía frente a mí, en vista de esta tesitura, lo sufrieron empáticamente y estaban casi tan nerviosos como yo. De hecho, sus intentos de ayuda, o sus gestos de impaciencia, por deseo de terminar cuanto antes, sólo producían más desconcentración y demora en mi "cacao interior".



Estoy convencido de que la productora no volverá a contactar conmigo, pero también debo reconocer que si sucedió, fue por algo, y es responsabilidad de un actor, aprender de sus errores, acudiendo a un rodaje lo más preparado, física y mentalmente posible, además de llevar la lección aprendida, que no siempre lo es todo. Éso hubiera evitado la existencia de este misterio que me mantuvo bloqueado y que identifico como: Fracaso, receta del éxito.




2 comentarios:

Rufino U. Sánchez dijo...

Todo lo que nos sucede debe haceros mejorar. Seguro que la próxima va mejor.

Saludos

Iván Trasgu dijo...

Gracias Rufino, todo fracaso es un acierto si se continúa.